Los insectos palo no se alejan de su planta nutricia durante el día y esperan a que llegue a la noche para alimentarse (son animales nocturnos). No obstante, no todas las noches les sirven para sus cortas correrías (de apenas dos metros de distancia). Estos animales sólo acostumbran a abandonar su refugio en las noches cálidas y sin viento. El fuerte viento o la humedad ambiental elevada parece incomodar a los insectos palo. Solo muestran activos bien entrada la noche, por lo que de día, por culpa de sus grandes dotes para el camuflaje nos será casi imposible ver a alguno de estos animales mimetizados entre el follaje de los arbustos, aunque lo tengamos delante de nuestros ojos.
A parte, de su apariencia críptica, también cuentan con otros sistemas defensivos, como hacer ruido o tener estructuras con vivos colores, sus alas, que despliegan cuando se sienten amenazados, entre otros muchos. Además, las crías de insecto palo (ninfas) se pueden desprender de sus extremidades (fenómeno denominado autotomía) cuando son capturadas por un depredador y sujetadas por este punto. Algo parecido a lo que les sucede a las salamanquesas con la cola.
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